
“Un Bilbao sin San Mamés sería como París sin la Torre Eiffel”, decía Luis Fernández, exjugador y técnico francés que entrenó al Athletic Club. Pero… ¿por qué la catedral del fútbol es San Mamés?
Existen varios motivos, mitos y leyendas en torno a por qué San Mamés recibe este apodo. La principal razón es una mera cuestión terminológica, pero la respaldan otras razones que han provocado una gran aceptación y todo un mito en torno a este emblemático estadio.
El estadio recibió el sobrenombre de “La Catedral” porque los aficionados que acudían al campo decían que iban a San Mamés, pero a “la catedral”, para diferenciarlo del asilo.
Nadie duda de que este centenario estadio sea “la catedral” del fútbol y eso se debe sobre todo al señorío de su afición. Una afición capaz de apreciar el buen fútbol y premiar con aplausos a los equipos y jugadores rivales.
El futbolista catalán Xavi Hernández, por ejemplo, se ha despedido en más de una ocasión entre aplausos: "Estoy muy agradecido a la afición de San Mamés, siempre me han tratado muy bien allí y se te llega a poner la piel de gallina cuando te ovacionan”.
El estadio se encuentra sobre el mismo terreno en el que hubiera una ermita dedicada al Santo Mamés. De ahí que a sus jugadores se les llamen “leones”.
También cuentan que cuando se derribó la ermita alguien dijo: “Aquí se va a construir una catedral.”
El Athletic Club es como una religión para su afición. Una afición entendida y entregada. Se caracteriza por ir allá donde juega su equipo, ofreciendo un ambiente inigualable en cualquier rincón del mundo. Además, nunca abandonan a su equipo, ni lo dejan de animar durante todos los partidos.
Cien años de historia en el antiguo estadio, con diferentes remodelaciones hasta la construcción en 2013 del nuevo estadio y que le han convertido en uno de los mejores estadios de fútbol del mundo.